373. Pico Mulhacén y Pico Alcazaba

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icono raquetas nieveicono empleo manosPICO MULHACÉN ( 3.479 m. ) Y PICO ALCAZABA ( 3.371 m.)

Data: 25-abril-2014

Viernes 25 abril: Desde Granada salimos dirección a Motril vía autopista, después hay que coger desvío de Lanjarón, donde hicimos un almuerzo y tiramos sin detenernos mucho tiempo hacía Capilería, el último pueblo al que llega la carretera asfaltada, donde hicimos las compras de víveres para el día de la actividad y tomamos un café para charlar del acceso al Refugio Poqueira (2500); como era un poco tarde decidimos coger por la barrera, que es donde termina el camino forestal y por lo tanto hasta donde llega el coche, es un camino donde en el inicio te quitas es desnivel fuerte y pasamos de 2100 metros a 2600, luego es un trekking más o menos recto hasta la llegada al refugio que es en bajada, en total 7 kilómetros y unas 3 horas, descartamos subir por la acequia baja ya que, aunque mucho más bonitas las vistas, es más larga y dura. Una vez llegados al refugio cenamos automáticamente sopa, pasta y carne, luego una charla para organizar un poco la salida de la mañana siguiente y a dormir.

Sábado 26 abril: Se madrugó a las 5 de mañana, desayunamos fuerte, preparamos material y partimos hacia el Mulhacén río arriba. Hay varias maneras de subirlo por la cara sur, bien por la loma quizás la más sencilla ya que el desnivel es paulatino, bien por el río haciendo zigzag llegando a La Caldera para tomar la arista final de llegada a la cima o la opción que elegimos fué tirar en línea recta directos a la cima y es lo que tiene las líneas rectas en montañismo, son cortas pero durísimas, se hizo imprescindible el colocarnos los crampones. Llegamos a la cima del Mulhacén (3479) poc a poc, los primeros sobre las 9:00 de la mañana y los últimos sobre las 10:00 ya que el grupo se fraccionó en 4, 1000 metros de desnivel es lo que tiene. Después de merendar emprendemos la bajada y como en la subida hay varias opciones, elegimos la más corta para llegar a las Siete Lagunas (3000) y por lo tanto la más inclinada y extrema, tuvimos que zigzaguear mucho pero nos ahorramos más de dos horas de marcha que las necesitaríamos para hacer cumbre también en El Alcazaba (3364), nuestro segundo objetivo.

Una vez abajo hicimos balance de cómo estábamos todos, por diferentes motivos tan sólo Domi, Juanlu, Xisco y Manu nos animamos a subir hasta la Alcazaba, resto decidieron volver por el Mulhacén II (3362) al refugio. Empezamos la subida y de primeras intentamos subir por el coladero, acceso también directo hacia la base de la cima del Alcazaba, que iríamos decidiendo si abortar o no dependiendo del estado de la nieve, con polvo sería imposible así que fuimos tira tira, la nieve respondía ya que estaba durita, en esta ascensión de 200 metros sí que se necesitó el piolet de verdad, es decir no para llevarlo solo de bastón o seguridad ante posibles caídas, sino para pincharlo con la punta y también cavar escalones en la nieve por su inclinación. Una vez arriba fue ascender los otros 162 m caminando por la arista hasta la cima del Alcazaba (3364), la niebla nos impidió un poco orientarnos para encontrarla pero llevábamos en GPS el punto y nos echó un pequeño cable para esos últimos metros.

Volvimos por la loma hacia Siete Lagunas de nuevo y volvimos por donde nuestros compañeros, es decir, por el Mulhacén II y sobre las 19:00 llegamos al refugio. Después de disfrutar de la dureza de la jornada, las ampollas en los pies, quemazos en caras y labios nos dedicamos a ver la puesta de sol sobre El Veleta disfrutando de las cervezas que mejor me han sentado en años, cenamos contando las anécdotas del día y fuimos cayendo poco a poco en los brazos de Morfeo.

Domingo 27 abril: volvimos a los coches por la acequia baja, así haríamos la ida y vuelta circularmente y sería más atractiva la excursión. Bajamos a Granada y pasamos el día de tapas y cañas haciendo un poco de turismo lúdico gastronómico por la ciudad. El avión salió a las 22:30 horas y llegamos a Palma sobre las 00:00.

De tornada cap el camí de sa Costera, la puajda se’ns fa més rosta. Ascedim pel mateix camí que ens ha servit per davallar.

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