Na Mora es un torrente magnífico en todos los aspectos, una verdadera joya que apartir de ayer tiene unos kilates más. Su belleza te cautiva y te arrastra sin casi darte cuenta a traves de sus magníficos saltos atravesando unos gorgs de extraordinaria belleza hasta llegar a la que posiblemente sea la calita más bella que se pueda soñar. El canto de los Ferrerets (los hay a cientos) suena como la más dulce de las melodías, poniendo la banda sonora más suave y sutil que nunca el hombre a escuchado.
Tras un relajante baño en el mar, empieza la parte dificil. Na Mora, sin perder ni un ápice de su belleza, se vuelve el torrente más duro y exigente que os podais imaginar, lo que para bajar eran risas, para subir se convierten en gestos de dolor y sufrimiento, una continua lucha contra la naturaleza y contra uno mismo. Como si Na Mora no quisiera que te fueras, por una parte te encandila para que te quedes y por la otra te inflinge dolor cada vez que das un paso hacia el exterior.
Afortunadamente somos un grupo muy furte y solidamente unido, y apoyandonos unos el los otros pudimos disfrutar del torrente más brutal que he hecho en mi vida. Gracias a todos. Entre todos habeis hecho posible que un sueño se haga realidad, en especial a Diego, que no permitió que el sueño se convirtiera en pesadilla.